El Papel del sector privado para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible
El término de “sostenibilidad” parece estar de moda. Se habla de desarrollo sostenible a todo nivel: desde los formuladores de política (local o nacional), las ONGs, los organismos internacionales, la academia, hasta los grandes y pequeños empresarios.
Hace un año, durante la Cumbre de Desarrollo Sostenible reunida en la ciudad de New York, los estados miembros de Naciones Unidas acordaron una agenda común para abordar el problema de pobreza y desarrollo y encontrar caminos para ofrecer una mejor calidad de vida para esta y futuras generaciones. Lo que resultó fue un documento que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con metas concretas en las áreas económica, social y ambiental.
Las metas propuestas son ambiciosas: erradicar el hambre, lograr la seguridad alimentaria, la igualdad de género, tener una sociedad en paz y combatir el cambio climático, por nombrar solo unas pocas, y representan un compromiso serio por parte de los Estados, quienes han aprovechado el marco de los ODS para formular las agendas nacionales de desarrollo, con metas establecidas de acuerdo a las necesidades y recursos de cada país. La magnitud de las metas, sin embargo, exigen de la participación amplia de la sociedad para poder alcanzar resultados concretos en el corto, mediano y largo plazo.
El papel del sector privado resulta crucial en ese escenario. Ya muchas empresas se han adherido al Pacto Global de Naciones Unidas para alinear sus políticas de sostenibilidad con diez principios fundamentales en las áreas de derechos humanos y laborales, medio ambiente y anticorrupción. Con presencia en más de 130 países, el Pacto Global cuenta con aproximadamente 12.900 organizaciones que se han sumado a la iniciativa. A través de esta red, el Secretario General de Naciones Unidas ha enviado un llamado para que los empresarios se comprometan más efectivamente con los ODS.
Invertir en los Objetivos de Desarrollo Sostenible es una responsabilidad de las empresas para contribuir a la construcción de un mundo más justo, equitativo, y equilibrado; pero además representa una oportunidad para que redefinan y eleven a un próximo nivel sus propósitos de negocio, para que estén alineados con las necesidades de las comunidades y países donde operan, generando un impacto económico, social y ambiental, así como un mejor retorno de inversión para sus negocios.
Contar con un propósito claro en materia de sostenibilidad también conectará a las empresas con los consumidores, quienes hoy en día son mucho más conscientes de los factores sociales y ambientales a la hora de comprar un producto o escoger un servicio, y exigen de las compañías soluciones concretas en muchos de los ámbitos comprendidos en los ODS.
El primer paso para las empresas es familiarizarse con los ODS para identificar cuáles son los principales retos del planeta en materia de sostenibilidad, alinearlos con el propósito y objetivo de negocio, trazar una estrategia de sostenibilidad que contribuya a promover un entorno laboral justo, con prácticas sociales y ambientales responsables y finalmente comunicar los resultados.
Es importante que los Estados miembros de Naciones Unidas trabajen localmente con los empresarios para avanzar en la implementación de los ODS. Adicionalmente, una importante ayuda se encuentra en la guía elaborada por el Global Reporting Initiative (GRI), la ONU y el World Bussiness Council for Sustainable Development, el llamado SDG Compass o Brújula de los ODS, para que las empresas sepan cómo incorporar esos objetivos en sus estrategias de sostenibilidad.
Solo con la decidida participación del sector privado, para el 2030, -plazo que se han trazado las Naciones Unidas para el cumplimiento de los ODS-, se verá un avance significativo en materia de sostenibilidad. Además de generar un impacto transformador en la sociedad, las empresas también gozarán de mejores beneficios financieros, y muy seguramente, su reputación se fortalecerá.